¿De qué se trata el estilo de vida “low-carb”?


El anglicismo «low-carb» se refiere a un estilo de vida bajo en carbohidratos. Pero este tipo de dieta no es nuevo. Ya en el año 1924, el Dr. Russell M. Wilder de la famosa Clínica Mayo, creó la dieta cetogénica como efectivo tratamiento contra la epilepsia y debido a que producía una reducción de grasa en el cuerpo y provocaba un adelgazamiento rápido, se hizo famosa como una dieta para adelgazar.
La forma menos estricta vendría siendo la dieta low-carb, en la cual se reduce el consumo de carbohidratos a máximo 150 gramos por día.
En realidad, la dieta low-carb no se debería de aplicar como una dieta a corto plazo para adelgazar unos cuantos kilos solamente, sino que debería de ser un estilo de vida, ya que la ciencia ha podido demostrar las múltiples mejoras en la salud en general.
¿Cuáles serían algunos de los efectos positivos de una dieta cetogénica y lowcarb para nuestra salud?


1. Ayuda en la pérdida de peso
Con la medicina basada en la evidencia, se ha podido demostrar la efectividad de este estilo de vida en la reducción de peso, ya que el cuerpo utiliza como fuente primordial de energía, las grasas.
2. Logramos controlar los ataques de ansiedad y el hambre descontrolada.
Muchas personas que han cambiado su estilo de vida a una alimentación low-carb, han podido constatar que sus ataques de ansiedad por dulces han desaparecido, facilitando así el proceso de adelgazar.
3. Aumento de la claridad mental
La concentración mejora, el sueño es más reparador.
4. Niveles de azúcar en sangre mejoran notablemente
Uno de los beneficios médicos es la mejora de los niveles de azúcar en sangre, resultando en una mejora de la sensibilidad de la insulina y de la diabetes tipo 2. Con esto también disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras, como lo son el cáncer, los ovarios poliquísticos y enfermedades neurológicas diversas.
5. Baja la inflamación en el cuerpo
Especialmente en procesos inflamatorios de la piel (eccemas), intestinos (colon irritable) y en las articulaciones (artritis), entre otros.
6. Aumenta la energía
Tendrás más energía para cualquier actividad que quieras hacer. Podrás tener acceso a nuestra fuente infinita de grasas, en vez de a la fuente limitada de azúcar en nuestro cuerpo.
7. Nuestra piel se renueva
Uno de mis efectos favoritos: la piel es el reflejo de nuestra salud.


Nuestro cuerpo solamente tiene la capacidad de almacenar alrededor de 700g de carbohidratos. Por otro lado, las grasas pueden ser almacenadas indefinidamente, como podemos ver en nuestros “depósitos de grasas no deseados” …
En tiempos remotos, el ser humano era capaz de cambiar entre la glucólisis (proceso que genera energía utilizando carbohidratos) y la cetólisis (metabolismo de los lípidos). Tenía lo que llamamos un metabolismo flexible, capaz de adaptarse a cualquier situación sin generar un estado de estrés. Hoy en día solamente los bebés poseen un metabolismo flexible.
Para poder activar nuevamente esta fuente de energía, es necesario interrumpir la ingesta constante de la glucosa. Esto lo podemos lograr mediante la reducción de la ingesta de carbohidratos y además de la introducción del ayuno intermitente.
Estos pasos facilitan la reducción de los almacenes de azúcar para así poder utilizar nuestras reservas de grasas.
Es importante aclarar que este cambio de quemar las grasas en vez del azúcar para obtener energía, no se logra de un día para el otro. Nuestro cuerpo se ha acostumbrado por años a quemar el azúcar, que es la forma de energía preferida por nuestro cuerpo. En el momento de hacer el cambio, lo primero que vamos a sentir es “hambre” por los alimentos “fáciles” como lo son: el pan, la pasta, los dulces, papas, arepas, etc. Podemos sentir malestar en general, dolores de cabeza, cansancio, entre otros. A esto lo llamamos la “keto-gripe”. Lamentablemente no podemos obviar este paso, pero con la ayuda de un coach, se puede acortar y aligerar este proceso, para así obtener los resultados deseados.